Todos los años en la aldea de Bunlap*, Isla de Pentecostés, en Vanuatú (Nuevas Hébridas), los chicos jóvenes celebran un rito para ser considerados hombres. Se lanzan desde una estructura de palos (de 25m de altura), que han construído previamente, con sendas lianas atadas a los pies. Lo tienen medido de tal manera que rozan el suelo con la cabeza.


Una tabla que se rompe en el momento de máxima tensión de las lianas, la estructura que cede ligeramente y la tierra batida del suelo amortiguan en cierto modo el impacto contra el suelo (en la propia caída o, más habitualmente, en el retorno hacia atrás), pues saltan sobre un terreno en pendiente y sin dispositivo de aterrizaje (es decir, ninguna forma de dar cuerda para que aterrice) o recuperación (vuelta a subir) hacia lo alto.

No todos salen vivos, pero quien lo hace, ha conseguido (según su creencia) hacerse hombre y asegurarle una buena cosecha a su pueblo. Cuentan que este rito se basa en la hazaña que realizó una mujer para huir de quien la perseguía (malas lenguas dicen que su marido). Él no se ató las lianas y la mujer se libró de su enemigo. Curiosamente, en la actualidad, las mujeres no pueden participar, quedándose de animadoras en topless. ¿Por qué será?

Tras ver en un documental de la BBC imágenes de este rito, (el 1 de abril de 1979) miembros del «Dangerous Club«, liderados por David Kirke, hacían los primeros saltos en elástico en Bristol, desde el Clifton Suspension Bridge, sobre el río Avon.
Otro punto de vista de estos saltos:
Cuando la policía los detuvo y les prohibió volverlo a hacer, se fueron a intentarlo al Golden Gate de San Francisco.
Allí también les pasó lo mismo, así que dejaron aparcada la actividad hasta que unos neozelandeses (Chris y Hackett) la resucitaron en octubre de 1986. En un puente de Greenhithe, de unos 20m de alto, al norte de Auckland. Y luego, en febrero de 1987, pasaron al puente del puerto. Poco a poco abordaron puentes cada vez más altos.
Ese mismo año, en diciembre de 1987, el góming entra en Francia (puente de Charles Albert, donde en 1973 había saltado Helmut Kiene inventando y estrenando el puénting a nivel mundial), por primera vez colgando de los tobillos (en plan Bunlap).
Luego vinieron los saltos desde teleférico en Tignes, Francia. 91m.
Y el salto desde la Torre Eiffel.
Tras, ello, otra vez multados, volvieron a Nueva Zelanda a saltar desde la Torre De La Bolsa en Auckland, 60m.
En 1991 se introduce esta actividad en Cataluña (y en el estado español) de la mano de Xavi Navarro y Área Activa.
En Euskadi (y en Euskal Herria) hasta diciembre del 2000 fueron empresas catalanas (Área Activa) y madrileñas (Adrenalina Aventura, escindida de Adrenalin Sport) quienes ofrecían ocasionalmente saltos de góming (sobre todo desde grúa). A partir de esas fechas Euskal Abentura Elkartea y más adelante ERTZ, lo ofrecieron hasta el 2012 desde los puentes de Madarixape (hasta 57m/61), La Salve (31m/31) y desde grúa.
En 2002 probaron por primera vez el segundo puente de Caín (León) en la Ruta Del Cares, casi en la frontera de Asturias, aunque allí lo hacen en forma de péndulo (góming pendular o pénduling)
Y también en el puente de La Salve (hasta 31m/31), en Bilbao.
En 2003 empezaron a ofrecer góming en el puente de El Grado (Huesca, hasta 36/35),
En 2004 en Gundián (Ponte Ulla, Galicia, hasta 86m/85) consiguiendo el góming acuático (tocando agua) más alto del mundo (hasta el momento) así como el más espectacular góming tocando agua del mundo, con diferencia.
y en Río Cofio, Madrid (hasta 57m/65) en septiembre de 2005.
En 2022 volveremos a ofrecer saltos en este puente:

Más imágenes del rito tribal arriba relatado: