HISTORIA DEL PUÉNTING
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Viernes 15 de junio de 1973. En la frontera entre Cruseilles y Allonzier-la-Caille, unos 20Km al norte de Annecy, Francia. Un escalador alemán llamado Helmut Kiene (y que vivía en Suiza, ¡toma internacionalidad!) ata una cuerda a uno de los dos puentes del lugar (sobre el río Les Usses) y salta desde el otro.

Entre estos dos puentes (el de Charles-Albert, del año 1839 y el puente Caquot, de 1928, sobre la carretera D1201) hay unos 50m, por lo que Helmut realizó un enorme péndulo de similar longitud. La profundidad en ese punto ronda los 147 metros*, así que no pudo aprovechar la mayor parte de la (posible) caída (pero tú si que podrás aprovecharlos al 90%).

Después del salto subió por la cuerda (pues no disponía de una de 150m que llegara al suelo) usando técnicas de progresión vertical (y los los rudimentarios útiles del momento). Para todo esto (especialmente para la instalación) necesitó la ayuda de dos de sus amigos (compañeros de escalada), que no quisieron (no se atrevieron) a acompañarlo en la experiencia.

Él también temía lo peor, y, de hecho, antes de intentar tan «osado» péndulo consultó a su cuñado ingeniero sobre si la cuerda podría aguantar «semejante tirón». Su pariente le despejó el camino indicándole que las cuerdas de escalada están diseñadas para caídas de hasta factor 2 (caes el doble de metros que la longitud de la cuerda que te frena, algo típico en escalada cuando vas abriendo camino, es decir, estás instalando la cuerda en una vía que hacéis por primera vez, expresado de otro modo la cuerda está sin instalar y el punto de seguro queda más abajo que donde te encuentras escalando). Aguantan, pues, de sobra y aguantarían sin problema. Se había quedado sin excusa para no intentarlo. Y lo hizo.

Esta siguiente foto nos muestra el punto de vista de los dos amigos de Helmut cuando éste estaba a punto de saltar, la segunda, su punto de vista en el momento del salto.


La cuerda le llegaba justito para poder hacer el salto.

Nunca lo repitió (ni sus amigos lo probaron). Pero sí contó su experiencia (varias veces, según sus recuerdos, al menos en dos ocasiones) a otros escaladores en algún refugio alpino (alrededor de la hoguera). Y alguno se decidió a sacarle provecho al relato y probar el salto pendular. Claro que con técnica diferente (un solo puente) y en otro lugar. Las noticias más fiables que tenemos es que se hicieron saltos en Catalunya (puente de Monistrol) y de ahí se contagió al País Vasco, donde se comenzó a usar el puente de Araotz y luego otros (Tolosa, Soraluze, Atxaspi, Azkoitia). Esto prendió como la pólvora y el puénting se ha extendido a toda el area de influencia del castellano. Curiosamente en Francia no lo conocen (si bien nos consta que se ha utilizado algún otro puente de su territorio, como el de Maxarria), ni en Suiza, ni en Alemania. Pero eso, ahora, cambiará.

El nombre puénting (normalmente se suele escribir incorrectamente puenting, al menos dicho uso es incorrecto para pronunciar la palabra como se acostumbra a hacer), se inventó parafraseando los nombres anglófonos de otras actividades deportivas: trékking, jógging, foóting, ráfting, spínning… Pero no es un término inglés, lengua en que se le denominaría brigde swing jumping o swing jumping from brigde.

Para ubicar estos puentes: